El apostolado es un desbordamiento del amor de Dios y de sacrificio hasta la cruz. No es andar, ni correr, ni saber cosas, ni hablar bien, no es simpatía ni halago, el apostolado es obra del Espíritu Santo que actúa por medio de un instrumento pobre y débil a sus propios ojos que se tiene por nada y se deja pisar por todos, que ama mucho a Jesús y se abraza a su cruz para morir por Él y con Él en el desprecio de todos.
Hay mucho que hacer, pero no se hará sino viviendo lo que vamos a enseñar.
Como usted ardiera, pegaría fuego a quien se le arrimara.
¿Cómo intentamos dar sin tener nosotros? Apostolado sin vida interior es una comedia.
Respecto al apostolado me agradaría que fuese ya apóstol de apóstoles. Debe reunir a unas y otras y animarlas a la vida de santidad y apostolado. Piense en esto y vea la manera de hacer alguna cosa más, porque ¡vaya que es más fecundo ser apóstol de apóstoles!
No se deje llevar por el respeto humano para hablar a los hombres de Dios, pero antes que hablar hay que obrar.
El Señor está empeñado en mejorar al mundo. Le fallamos los instrumentos.
Siga con su apostolado. No lo deje por nada del mundo, con niños, mayorcitos, matrimonios cristianos. Dé a Cristo con la palabra y el ejemplo, que esto no se suele cotizar en este mundo lleno de materialismo donde sólo priva el bienestar y el dinero. No deje el apostolado, no lo deje, que el apostolado la mantendrá en tensión espiritual para preocuparse también de sí misma.
Leo todo lo que dices de tu vida espiritual y apostólica, y lo que más me gusta es que hayas subido la cuota de la oración. Es el remedio del desequilibrio económico que necesariamente lleva consigo la vida de apostolado.
El Señor nos dé esta gracia: celo y comezón interior, avaricia por predicar el Evangelio.
Dése cada vez más al apostolado, sin quitarlo a la oración.
Dense al Sagrario y a la oración. Por amor de Dios no pierdan un minuto de oración por el apostolado. En esto no les alabaría aunque me dijesen que tenían 50 reuniones más. Todo es perdido si no se monta sobre la vida interior, en el amor a Jesús, al silencio y al sacrificio. Paz y paz, que Jesús lo sabe hacer todo muy bien sin ustedes, y no las necesita para nada. Estén agradecidas a Él, y no se les ocurra dejarle a Él por las almas. Sigan esas reuniones que han comenzado porque si no se aumentan los apóstoles todo se vendrá abajo.